Giulio Romano El incendio del Borgo, 1514 Fresco, 168cm x 670cm Museos Vaticanos, Ciudad del Vaticano |
El problema principal para la definición del Manierismo es aquel de carácter metodológico. Gran parte de las confunsiones que genera este término vienen dadas por su uso arbitrario, por ejemplo, muchos críticos de los siglo XVIII y XIX tildaron al estilo de decadente y hasta perverso. Fue alrededor de 1920 que se comprendió que estas apreciaciones eran injustas y que el siglo XVI había sido un período en el cual muchas formas de crear habían convivido juntas, por lo cual, el término Manierismo tuvo que ser estirado.
La palabra Manierismo tiene su origen en la palabra italiana maniera (manera), que durante el Renacimiento se utilizaba para referirse a un estilo, pero que ya para finales del siglo XVI fue perdiendo validez hasta convertirse en algo negativo que denotaba más que una manera, un amaneramiento.
Se trata de un estilo estilizado, bello y antinatural que nunca expresa deseperación, incoherencias o amenazas. Más importante que lo anterior en la obra de arte manierista, es la presencia de la difficultà (dificultad), la maestría del artista para superar las dificultades que se presentan en la creación, era la expresión de la destreza como virtud muy positiva y que evolucionó en géneros llenos de inventiva y altamente complejos que permitieran demostrar el virtuosismo del artista. Pero hay que ser cuidadosos al momento de la creación, pues era necesario evitar el esfuerzo y la tensión, había que actuar con sprezzatura (resolver sin esfuerzo todas las dificultades).
Otra característica del estilo es la preeminencia de la complejidad por encima de la sobriedad, lo que da paso para la presencia del capricho en la obra de arte.
A pesar que pueda parecer que el Manierismo es un atentado directo contra el Renacimiento, la verdad es que las raices de aquel se encuentra en el Alto Renacimiento, así que no debemos pensar que el surgimiento del estilo se haya debido a una crisis en el arte o en la sociedad, la verdad es que el Manierismo surgió sin dificultad, como es propio de él mismo, como una evolución natural de las ideas del Renacimiento.
Al Manierismo lo encontramos por vez primera en Roma hacia 1520 y dentro del grupo romano de pintores manieristas encontramos que eran muy viajeros (más por necesidad que por placer, ya que en la ciudad se presentaron una epidemia en 1522, un papado enemigo de las artes y el Saco de Roma de 1527) y por lo tanto facilitaron enormemente la difusión del estilo. Además, muchos de estos pintores trabajaban para grabadores lo cual permitió que la difusión del estilo se hiciera a escala europea y que rápidamente pasara a la escultura. Como este estilo fue desarrollado por artistas italianos, cada vez que lo veamos fuera de Italia lo que encontraremos es una copia de los modelos presentados por los artistas de la península.